Entre Osorno la Mayor y Santillana de Campos, por el Canal de Castilla

Después de un tiempo sin programar rutas y caminatas, volvemos a calzarnos las botas y levantar el polvo del camino a nuestro paso. En esta ocasión, nos desplazamos hasta Osorno la Mayor, una interesante localidad de la Tierra de Campos palentina, donde comenzamos nuestra ruta de hoy.

Llegamos hasta Osorno a bordo del tren regional que une Valladolid con Santander, un magnífico modo de desplazarse para viajar sin prisas, disfrutando cada segundo del desplazamiento. Quisimos dedicar un día a visitar la localidad, por la que discurre la Vía Aquitania, una ruta medieval que marca uno de los Caminos de Santiago, y ver tranquilamente sus calles y monumentos. La ruta que hoy proponemos, cuya longitud aconsejaba empezar a primera hora de la mañana, la reservamos para el día siguiente.

No es fácil llegar caminando hasta el Canal de Castilla.  Se puede ir por el camino del Matadero Viejo, más largo, o callejeando hasta salir a la calle de Nuestra Señora de Ronte y atravesar los pasos bajo las vías del ferrocarril que nos trajo hasta Osorno y la calzada de la carretera N-611. Hay otra ruta, más corta aún, pero que obliga a cruzar ambos, con el consiguiente peligro de arrollamiento y atropello, por lo que no la recomendamos. Mejor caminar unos metros más y evitar situaciones que puedan terminar con trágicas consecuencias.

Por fin, por llegamos al cruce de la carretera nacional con la PP-4311, por la que avanzaremos hasta el Canal. Aunque su tráfico no es intenso, no debemos bajar la guardia y estar atentos a los coches que puedan transitar por ella. Un paso elevado nos permite, mediante un ancho arcén necesitado de algún que otro arreglo, salvar la A-231, la autovía que une León con Burgos siguiendo la ruta del camino jacobeo. Detengámonos aquí unos segundos y, mirando hacia nuestra espalda, contemplemos Osorno la Mayor.

Tras esta breve pausa, continuamos la ruta hasta el Canal de Castilla, al que alcanzamos en el Puente de Carrequemada, o de Osorno, una obra sencilla, con un arco de medio punto y que, al menos así nos lo parece, sufrió alguna reforma poco respetuosa. Corrígame, probable lector, si estuviera equivocado. Desde aquí, pisando ya el antiguo camino de sirga, avanzamos con paso lento, contemplando el entorno que nos rodea.

No tardamos en llegar hasta el punto fuerte de nuestra ruta, la esclusa 15. El sonido del agua inunda el lugar, junto al que unos bancos nos incitan a descansar brevemente. Ante nuestra vista, un nuevo puente y las ruinas dela que fuera la casa del esclusero, hoy reducida a las cuatro paredes perimetrales. No está mejor el puentecillo, cuyo estado hace que la asociación Hispania Nostra incluya el conjunto de la inclusa en su temible Lista Roja. Esperemos que no termine en la negra y tengamos que lamentar su desaparición. Así lo hizo una harinera que aprovechaba la fuerza del agua, y de la que no queda más que un recuerdo cada vez más lejano.

A medida que avanzamos, nos acompañan la vegetación de ribera y la fauna avícola, haciendo el camino muy agradable, Destaca la ausencia de caminantes y ciclistas, aunque sus huellas marquen el camino. Debemos admitir que no nos importa. Estos ratos de soledad se agradecen y se disfrutan. Así, no tardamos en alcanzar otro de los rincones más importantes de nuestra ruta, el acueducto sobre el río Vallarna, una interesante obra de ingeniería dotada de tres ojos, de la que sólo pudimos ver su pretil.

A poca distancia, a lo lejos, comenzamos a distinguir las torres de Las Cabañas de Castilla, la de su iglesia y la de castillo. Entre medias, contemplamos las acequias de riego cebadas con las aguas del canal, el cual, desprovisto de su función transportadora, sobrevive suministrando al agua a los campos y huertos de las tierras que atraviesa. Fue el ferrocarril de Palencia a Santander, el mismo que nos llevó hasta Osorno, el que dejó obsoleto al canal a los pocos años de su inauguración.

A medida que aumentan nuestros pasos, más elementos del Canal de Castilla salen a nuestro encuentro. Un hito indicativo del Ramal Norte, primero, varios indicadores de la Vía Aquitania, y un arqueta o almenara, construida en piedra con tejado a cuatro aguas, cuyo remate se encuentra en el suelo. Un signo más del abandono que muestra parte de esta gran obra de ingeniería, pese a su condición, desde el 13 de junio de 1991, de Bien de Interés Cultural.

Por fin llegamos a Las Cabañas de Castilla, un antiguo pueblo que, a tenor de los restos conservados, debió tener un importante pasado. Antes, cruzamos el canal por un nuevo puente, una de sus construcciones originales del siglo XVIII, en mejor estado de conservación, conservando los andenes laterales.

Nos desviamos ya del canal para, por un camino de apenas un kilómetro, adentrarnos en el pequeño caserío de Las Cabañas de Castilla, población que tuvo su propio ayuntamiento, hoy anexionado a Osorno, Era el momento de hacer un nuevo descanso, rellenar nuestras reservas de agua en la fuente y, después de deambular por sus calles y contemplar sus monumentos, encaminarnos hasta nuestro objetivo final: Santillana de Campos.

Antes de abandonar Las Cabañas de Castilla, visitamos los restos de su antigua estación de ferrocarril. Construida por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, la escasez de habitantes y la cercanía con Osorno provocaron su cierre. Su edificio de viajeros muestra un avanzado estado de ruina, quedando sus paredes y el tejado, cuyo desplome parece ser cuestión de poco tiempo.

Tras lamentar el estado de la estación, nos encaminamos hacia Santillana de Campos, otro antiguo pueblo que forma hoy parte del ayuntamiento de Osorno la Mayor. En una próxima entrada daremos cuenta de esta población, a la que llegamos después de caminar dos kilómetros por la carretera PP-4332. De nuevo, pese a su escaso tráfico, es ruta de camiones y tractores, por lo que debemos extremar las precauciones.

En Santillana de Campos, después de visitar sus calles y reponer fuerzas en el agradable bar que se abre en su plaza mayor, dedicada a Francisco Uriarte, damos por finalizado nuestra paseo. El regreso a nuestro hotel lo hicimos mediante el servicio de taxi de la localidad, no pudiendo dejar de agradecer al taxista su amabilidad y profesionalidad.

Los datos que ilustran esta modesta entrada proceden de las siguientes páginas de internet:

  • Lagunilla, Juan Ramón, El Canal de Castilla, sueño de la Ilustración.
  • Palencia y su provincia: ven a cnocernos.
  • Página del Canal de Castilla.

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